Historia
En 1991, un grupo de profesores de la Universidad de los Andes en Mérida, Venezuela, nos enfrentamos al reto de incorporar en nuestra universidad la tecnología de las redes de computadoras que se avizoraba ya como de gran impacto en muchos ámbitos y, particularmente cruciales, los de educación, investigación y desarrollo humano.
Partimos del principio de que no era el "hardware", ni el "software", ni las limitaciones económicas la principal limitación que enfrentábamos, sino la carencia de recursos humanos con los conocimientos necesarios para aprehender esas nuevas tecnologías.
Empezamos así formando a un grupo muy selecto de estudiantes de nuestra institución que demostraron gran entusiasmo y dedicación, pero pronto nos dimos cuenta de que era necesario contar con expertos internacionales si queríamos avanzar en nuestros propósitos.
¿Cómo lograr el apoyo de expertos internacionales si no contábamos con ningún presupuesto?
La solución se presentó como una audaz iniciativa de convocar, en una universidad de provincia, una "Escuela Latinoamericana de Redes", siguiendo los pasos de la "First International School on Computer Networks Analysis and Management" realizada en 1990 en el International Centre for Theoretical Physics (ICTP) de Trieste, Italia.
Al momento, nuestro único capital era un gran entusiasmo y el convencimiento de que en otros países de la región también se sentía la necesidad de entrenar personal en estas áreas, con lo que logramos el apoyo del ICTP, de la OEA, de las autoridades de nuestra universidad, de Fundacite-Mérida y de algunas organizaciones privadas. Este apoyo nos permitió convocar, en noviembre de 1992, a un grupo de 14 expertos internacionales para que compartieran sus conocimientos con 45 participantes de 10 países Latinoamericanos, durante 3 semanas de entrenamiento teórico y práctico que abarcaba el estado del arte de las tecnologías de información y comunicación de la época.
El éxito de esta actividad nos abrió el camino para perseverar en la tarea de difundir las tecnologías que, sin lugar a dudas, han tenido el mayor impacto en el desarrollo de nuestros países. Nos permitió, a la vez, propiciar el encuentro presencial de las personas interesadas en su aplicación en diferentes contextos.
El formato de tres semanas se ha ido transformando en uno de una semana, pero con varios talleres simultáneos en los que se trata en profundidad tecnologías específicas conservando la orientación teórico-práctica.
El 2012 fue el año de nuestro vigésimo aniversario. Fue particularmente significativo que para esa oportunidad tuviéramos como sede de WALC 2012 la pujante ciudad de Panamá, símbolo de encuentro de los países latinoamericanos.
Y en el 2020, ya con veintiocho años de tradición, continuamos nuestra tarea de investigación, difusión y formación en Latinoamérica y el Caribe.